La luz siempre ha sido un instrumento visual extremadamente poderoso capaz de dibujar, revelar, modelar, esculpir y dar vida a la materia y al espacio circundante.
La luz es capaz de elevar el diseño, dando sinuosidad, calidez y movimiento, sacando de las sombras la verdadera alma de las superficies. Una materia que la luz revela en toda su riqueza, hecha de movimiento y claroscuros.
Una materia que parece transformarse mirada tras mirada. Gracias a la luz, los espacios cobran vida y se transforman. Gracias a la luz, los espacios nos hablan y revelan delicadamente el misterio de lo invisible.