En Ginza, uno de los barrios más exclusivos y lujosos de Japón, entre las boutiques de moda más elegantes, los restaurantes y los sushi bar más famosos y refinados, ha visto la luz una clínica enteramente dedicada a tratamientos regenerativos y a la recuperación de la forma estética. Un oasis de paz en el bullicioso corazón de la ciudad. Concebida por el grupo de proyectación Union-TEC, fue seguida en su realización por los arquitectos Daisuke Okuma y Eri Nagashima.
Imaginada como ‘santuario dedicado a la belleza’, toma su inspiración de una fuente muy reputada, que se remonta al aspecto vernáculo de una cultura que, desde sus orígenes, siempre ha estado íntimamente vinculada a la Madre Naturaleza. El ambiente se caracteriza por una elección formal que opta por el trazo curvilíneo, como señal de acogida, en un gesto de abrazo confortable. Las paredes tienen una movimiento sinuoso y luces discretas, indirectas, que, difundiéndose desde los perfiles redondeados de los falsos techos, enfatizan su fluidez. El material monolítico elegido para recubrir el suelo y parte de las paredes evoca un mármol blanco con vetas de color ámbar y, al fusionarse con la pureza de una atonalidad dominante, genera mucha intimidad, resaltando la organicidad de las formas y dando la impresión de haber sido excavado en parte en el bloque de mármol. Se trata de las placas de la reciente colección Cosmic Marble, un verdadero icono del made in Italy, creada por la colaboración entre Diesel Living e Iris Ceramica, que ha dado vida a la gama de superficies cerámicas Diesel Living with Iris Ceramica. La intervención proyectual trabaja para recrear una atmósfera cálida y relajante, y opta por tonos claros que resaltan detalles y acabados en metales preciosos.
La sala de recepción, como espacio de serena y agradable espera, ha sido envuelta por las placas Cosmic Marble Lune, que, gracias a la continuidad de su textura preciosa, realzan la esencia y la estética del diseño, añadiendo un toque de soberbia elegancia de acuerdo con la exquisita finura del latón pulido que se anima con múltiples vibraciones bajo los reflejos luminosos. La composición resulta armoniosamente equilibrada, alternando a una neutralidad dominante tonalidades más intensamente pigmentadas. Hay momentos muy sofisticados que polarizan la atención, como una estela luminosa que desciende del techo y serpentea sinuosamente a lo largo del pasillo de acceso a las salitas privadas, reservadas a los cuidados regenerativos. La lámpara, compuesta por una cascada de minúsculos pétalos de cristal dispuestos en torno a copiosos hilos imperceptibles y a alturas diferentes, por efecto de la translucidez de los cristales en un matiz áureo bruñido, desprende chispas de encendida, dorada luminosidad, preludio del resplandor radiante que se encontrará al final del recorrido de los tratamientos.
Luce, o sea Luz, como compendio de belleza y vitalidad, es el nombre que se ha elegido muy oportunamente para representar al instituto. El nicho y el mostrador de la recepción, flanqueados por una puerta y un pasaje de arco, que seducen con su misteriosa y fascinante presencia en un intrigante acabado de oro, crean un rincón especial enriquecido por la suntuosidad de las vetas y los sombreados de las placas cerámicas Cosmic Marble Lune, que, inspirándose en mundos lejanos, pretende evocar los veteados y los halos creados por el polvo galáctico y la palidez de la superficie lunar. Amalgamas y fusiones de partículas de gran valor dibujan dinámicas tonalidades que confieren esa energía singular que es adecuado respirar en un lugar dedicado al rejuvenecimiento de una linfa vital que sabrá devolver brillantez a una belleza que con el tiempo se ha deslucido un poco. Una paleta cromática de gran efecto que anticipa un viaje que promete metas radiantes.